Para poneros en antecedentes, mi camino comenzó en Córdoba, mi ciudad natal, donde estudié Enfermería entre 2010 y 2014. Durante este tiempo, en mi último año de carrera lo tuve la oportunidad de vivir en Roma, gracias a una beca Erasmus, donde descubrí el paritorio por primera vez y me reafirmé en lo que ya intuía: quería ser matrona.

En 2015, recién graduada, emprendí una aventura decisiva emigrando a Reino Unido donde primero trabajé como enfermera y, en 2017, inicié la especialidad de matrona en Londres. Durante mis últimos meses participé en un voluntariado en Bali (Indonesia) junto a compañeras y amigas. Ese viaje, lleno de aprendizajes y contrastes, me abrió la mirada a otras formas de nacer y me hizo valorar aún más los recursos de los que disponemos.

En 2019 me convertí oficialmente en matrona. Empecé como matrona junior, rotando por diferentes áreas: urgencias, posparto, atención especializada, paritorio de alto riesgo y unidad de parto natural. Fue en esta última donde encontré mi lugar y pasé más de un año ya como matrona senior y confirmé que acompañar partos en un entorno respetuoso y fisiológico era lo que más feliz me hacía.